"Silence"
Cerro
su maleta, y tomo las llaves de su coche.
Suspiro y se dirigió hacia la puerta. Estaba cansado de la gente, horas
y horas de lunes a sábados, durante años. Estaba molesto consigo mismo y con toda la
humanidad, así que decidió tomarse unas largas vacaciones. Quería
verdaderamente estar solo. Encendió su coche y manejo a la deriva por la
carretera.
Al
principio, le pareció encontrar un lugar adecuado, pero no le gustaba el
paisaje o le desagradaba la gente, por lo tanto conducía sin rumbo fijo. No
tenía apuro alguno. Luego de varios días encontró un lugar que le agradó, sin
rastros de humanidad, solo bosques y un acantilado cercano y sobre él un bello
cielo. Decidió acampar allí. Se recostó y
dejo que sus oídos se llenen de la suave música que producían las olas
golpeando contra las rocas. El cielo comenzó a oscurecerse y a tronar, así que
decidio buscar refugio. A lo lejos alcanzo a divisar una bella casita hecha con
rocas, al acercarse vio que tenía un hermoso jardín de lirios. Cuando la puerta de entrada se abre y sale de
ella una mujer que le impresiono de entrada. Aquella mujer le dio muy
amablemente la bienvenida. Tenia facciones muy hermosas y seguramente de joven
había sido muy hermosa.
Cuando le
pregunto si podía darle alojamiento, la mujer le dijo que sí, le mostro su
cuarto muy limpio y bellamente adornado. Le dijo que era viuda y que tenía una
hija, la cual estaba enferma. Quedó
satisfecho, lejos de la ciudad, buena casa y buena comida y lo que mas le importaba era que había tranquilidad. La cena de campo fue abundante y deliciosa. Y
como dice el dicho popular. Estomago lleno, felicidad completa. Decidio irse a dormir, pero su descanso fue
perturbador, lleno de extrañas pesadillas, quizás sea el stress se dijo, e
intento dormir. A la mañana siguiente desayuno muy bien y fue a caminar por el
bosque. Cuando volvió de su caminata, conoció a la hija de su anfitriona, Silence.
Alli comenzó el principio de su mal, ya que sucumbio ante los raros encantos de
la joven.
Su tez era
blanca, de larga cabellera castaño oscura, llamativos ojos marrones, labios
rosados y carnosos, de aproximadamente 1,60 mts y buen cuerpo. Ella se levantó
de su silla mientras su madre la presentó, y le sonrió mientras le tendió la
mano. Un estremecimiento leve temblor cosquilleó sobre el joven y se quedo en su corazón, silenciando sus
latidos por un momento. A Silence se le iluminó su rostro, de modo que brillaba
como una lámpara de alabastro. Sus ojos marrones se encendieron en negros
delicados y húmedos cuando sus se cruzaron.
La joven dejó que su mano delgada
permanezca entre las del joven, y luego inocentemente la retiró lentamente. Sus
ojos eran aterciopelados e insondables, y antes de retirarlos de los ojos del
joven, le absorbieron toda su fuerza de voluntad.
La mirada de
Silence hizo caer al joven en la esclavitud total. Verla era como contemplar una
profunda oscuridad. mañana. Cuando volcó su mirada hacia otra parte, un ligero
brillo asomó a sus mejillas.
El joven había llegado en busca de
soledad, pero al conocerla creyo que
estaba allí sólo por Silence. Respondia a
sus preguntas con monosílabos. Era insinuante en su silencio y parecía llevar los
pensamientos del joven constantemente hacia ella. Con apenas con verla, con tocarla,
se había embrujado, y ya no podía pensar en otra cosa.
Estuvo sobre ella todo el día, como un perro, y por las noches soñaba con ese
rostro resplandeciente, blanco, esos firmes ojos negros, aquellos labios
escarlata, húmedos, y cada mañana se levantaba más lánguido de lo que me había
sentido el día anterior. A veces soñaba que lo besaba, estremeciéndome al contacto de su
sedosa cabellera negra que cubría su garganta, otras, que estaban flotando en
el aire, con sus brazos alrededor de el y su pelo largo envolviéndolo como una
nube de tinta, mientras el quedaba indefenso.
Un día, la joven Silence lo acompañó al bosque después del desayuno. Antes de regresar el joven le confeso su amor y ella lo aprobó. La sostuvo en sus brazos y la beso. El desdichado joven le dijo que era el destino quien lo había enviado, porque no tenía dudas de que su amor era sincero. Ella simplemente dijo que la había devuelto a la vida. El joven se retiraba cada noche a su cama meditando enempezar a trabajar al día siguiente, y cada mañana se levantaba cada vez mas lánguido debido a los sueños perturbadores. La joven Silence al contrario se fortalecía cada día mas, mientras que el parecía estar tomando su lugar como el enfermo de la casa.
Una noche, alrededor de un par de semanas después de su llegada a la casa, había regresado después de un paseo a luz de la luna con Silence. La noche era cálida y la luna estaba alta, abrió la ventana de la habitación para se renueve el poco aire que había. Estaba más agotado que de costumbre. Sólo tenía la fuerza suficiente para quitarse las botas y el abrigo antes de derrumbarme en el lecho. Tuvo un sueño horrible esta noche. Al joven le pareció ver un murciélago monstruoso, con el rostro y cabellos de Silence, y un batir de alas en la ventana abierta, algo con sus dientes blancos y labios escarlata acercándose. Trató de superar el horror pero no podía, la bestia, sedándolo con el deleite del sueño, bebió su sangre en un rapto lujurioso y abominable.
El joven miro hacia afuera y vio en sueños una línea de cadáveres de hombres jóvenes en el suelo, cada uno con una marca roja en sus brazos, en la misma zona donde el vampiro lo mordía, justo donde una marca había surgido en los últimos quince días. En un instante el joven comprendío la razón de su extraña debilidad, y en el mismo momento un pinchazo repentino de dolor lo despertó de su placer de ensueño.
En su arranque de sed, el vampiro lo había mordido profundamente esa noche, sin saber que el joven no había probado su copa, evidentemente narcotizada. Al despertarse vio plenamente revelada por la luna de medianoche, una cabellera negra fluyendo libremente, y unos labios rojos incrustados en su brazo. Con un grito de horror la arranco de su piel, consiguiendo una última mirada de los ojos de su salvaje y brillante rostro blanco y sus labios manchados de sangre. Luego corrio hacia la noche, movido por el miedo y el odio, pero no tenía mas fuerzas, fue en ese instante cuando apareció Silence, lo miro con sus hermosos ojos, el joven volvió a quedar hipnotizado, y sintió como la joven Silence, le lamia las ultimas gotas de su vida.
Un día, la joven Silence lo acompañó al bosque después del desayuno. Antes de regresar el joven le confeso su amor y ella lo aprobó. La sostuvo en sus brazos y la beso. El desdichado joven le dijo que era el destino quien lo había enviado, porque no tenía dudas de que su amor era sincero. Ella simplemente dijo que la había devuelto a la vida. El joven se retiraba cada noche a su cama meditando enempezar a trabajar al día siguiente, y cada mañana se levantaba cada vez mas lánguido debido a los sueños perturbadores. La joven Silence al contrario se fortalecía cada día mas, mientras que el parecía estar tomando su lugar como el enfermo de la casa.
Una noche, alrededor de un par de semanas después de su llegada a la casa, había regresado después de un paseo a luz de la luna con Silence. La noche era cálida y la luna estaba alta, abrió la ventana de la habitación para se renueve el poco aire que había. Estaba más agotado que de costumbre. Sólo tenía la fuerza suficiente para quitarse las botas y el abrigo antes de derrumbarme en el lecho. Tuvo un sueño horrible esta noche. Al joven le pareció ver un murciélago monstruoso, con el rostro y cabellos de Silence, y un batir de alas en la ventana abierta, algo con sus dientes blancos y labios escarlata acercándose. Trató de superar el horror pero no podía, la bestia, sedándolo con el deleite del sueño, bebió su sangre en un rapto lujurioso y abominable.
El joven miro hacia afuera y vio en sueños una línea de cadáveres de hombres jóvenes en el suelo, cada uno con una marca roja en sus brazos, en la misma zona donde el vampiro lo mordía, justo donde una marca había surgido en los últimos quince días. En un instante el joven comprendío la razón de su extraña debilidad, y en el mismo momento un pinchazo repentino de dolor lo despertó de su placer de ensueño.
En su arranque de sed, el vampiro lo había mordido profundamente esa noche, sin saber que el joven no había probado su copa, evidentemente narcotizada. Al despertarse vio plenamente revelada por la luna de medianoche, una cabellera negra fluyendo libremente, y unos labios rojos incrustados en su brazo. Con un grito de horror la arranco de su piel, consiguiendo una última mirada de los ojos de su salvaje y brillante rostro blanco y sus labios manchados de sangre. Luego corrio hacia la noche, movido por el miedo y el odio, pero no tenía mas fuerzas, fue en ese instante cuando apareció Silence, lo miro con sus hermosos ojos, el joven volvió a quedar hipnotizado, y sintió como la joven Silence, le lamia las ultimas gotas de su vida.
DarkWolf
kawai kawai joio lobo
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