Ana estaba sobre la ventana de su apartamento, mirando la calle vacía, sostenia indiferente un cigarrilo en su mano. Estaba absorta en sus pensamientos, por mas que se ezforzara nunca encontraria la respuesta. Quizas sería la mirada del lobo, sus ojos que no se bajan ni apartan ante el hombre.
Tal vez sea su pecho erguido, o su aullido magico que es el único que puede hablar con la luna, sus movimientos...
No es de los animales más rápidos, no es capaz de saber esconderse bien, no tiene la mejor vista, tampoco posee armas poderosas, sin embargo es el mayor competidor del hombre, el lobo se estableció en los cinco continentes. Sin embargo el humano auqnue tenga apra comer, aunque no este amenazado por el lobo, representa en reto para él, es un rebelde dentro de sus dominios.
Quizas sus ojos, esos ojos llenos de orgullo, esa seguridad interior de saberse lobo, hace que el hombre necesite sentirse bien por eso lo quiere lastimar, la impotencia interior hace que el hombre quiera humillarlo, quizas la envidia que siente el hombre por el lobo, sea lo que lo motive a querer hacerle daño..
Ana apago su cigarro y lo tiro por la ventana, se sento en su ordenador y terminó de escribir su cuento.
- Listo !! publicar entrada...jolin otro capítulo mas en mi blog. Ana hablaba en voz alta.
Se dio vuelta y alli observo a su profesor de literatura, amordazado y bien atado en un silla, por las comisuras de los labios le caia grandes cantidades de saliva porque en su boca habia un pañuelo. Sus ojos desorbitados demostraban miedo. Sus pantalones estaban mojados por la orina. Ya no era el terrible profesor que amenzaba con reprobar su materia, ya no era el profesor de mirada desafiante y miraba libidinosa. Sus asquerosas manos temblaban.. pero de miedo, ya no temblaban de calenton.
En la clase de ayer es asqueroso hombre, con la excusa de haberse olvidado el libro de clases, la hizo pasar adelante y leer en alta voz las reglas literarias. Cuando empezo a leer las manos del vejestorio rozaron sus muslos. Anna cerro los ojos unos segundos, intentando concentrarse, tenia que terminar de leer este texto para poder volver a sentarse en su banco.
Pero el desgraciado no paraba con sus temblorosas manos, era importante para ella aprobar esta materia. Pero ella una mujer lobo, sus ojos estaban llenos de orgullo, su pecho erguido. Nunca iba a entender porque los hombres lastimaban a las mujeres seguras de si mismas. Ana tomo una decisión, como todo lobo no importaba el despúes. los lobos no se lamentan, los lobos no se arrepienten. Ellos son fieles a su naturaleza.
Agarro el libro, lo cerró y fue a sentarse a su banco. Los gritos del profesor se escucharon por toda la escuela. No aprobaría esta materia seguramente, pero su dignidad era por sobre todo. Quien sabe a cuantas alumnas le habria hecho lo mismo a cambio de aprobar una mísera materia. Pero nunca mas lo haría.
Anna le desata la piernas de la silla y luego lo libera de las ataduras en el pecho, sin quitarle el pañuelo. El profesor intenta levantarse pero cae de cara al piso, tantas horas atado, ya no le circulaba la sangre. En su desesperación comenzo a arrastrarse como serpiente, de su boca salian sonidos extraños, le costaba respirar.
Evidentemente el miedo le habia dado nuevas fuerzas, ya que el profesor habia alcanzado a escapar unos veinte metros
Anna lo miro y lo dejo escapar unos metros mas, se quedo pensando, la diferencia en la forma de cazar entre un lobo y un hombre, es que el lobo lo hace por necesidad, sin odio, sin envidia, con la simple ambicion de alimentarse a si mismo y de alimentar a la manada. Ambos son cazadores, pero la naturaleza establecio que solo uno podria dejar de cazar sin morir.
Asi que Anna, simplemente aullo y salto sobre el profesor, un cazador de pacotilla, apoyo sus patas sobre la espalda del desdichado y mordio su cuello, hasta desgarrarlo. Luego siguio por su estomago, mientras el profesor todavia seguia vivo
Dark Wolf
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