Estaba parada sobre la
elevada cúpula semicilindrica de la antigua iglesia San Agustín ubicada en México
D.F, abrazando irónicamente a la Cruz. No sabía el porqué, pero le agradaba
esta vieja iglesia de estilo barroco con algunas reminiscencias góticas y
renacentistas.
Quizás se sentía identificada
con los primeros siete frailes benedictinos que llegaron a México, que a pesar
de los obstáculos y prohibiciones de la iglesia, ellos perseveraron y lograron
el permiso para construir su iglesia.
Era todavía muy joven,
pero ya comenzaba a sentir la nostalgia propia de los “raros”, como a ella le
gustaba describirse. Se abrazó mas fuerte a la cruz y comenzó a recordar.
Ese día volvía atrasada a
su casa, había tenido una pelea con varias compañeras de la escuela. La reunión
que tuvo con la directora fue para peor debido a su aspecto era considerara “rara”.
Seguramente cuando llegara su casa sus padres la reprenderían. Mientras caminaba absorta en sus pensamientos,
no vio que varias compañeras de su escuela estaban escondidas en un rincón de
la calle.
Cuando sintió el golpe de
la piedra en su cara, era tarde. Sus compañeras se abalanzaron sobre ella y la
golpearon sin misericordia. Al verla sin conocimiento salieron corriendo para
perderse en las calles. Al recuperarse, alcanzo a ver una figura sentada en el
cordón de la calle, vestido impecablemente de negro, su figura era esbelta y
atractiva.
Se sentó cerca del
extraño, este parecía una especie de ángel pero en su ser intimo sabía lo que
era… un demonio, si un demonio oscuro. El extraño hombre se levanto y saco un
pañuelo de seda negra y comenzó a limpiarle las heridas de su rostro. Ella dolorida y asustada le dijo:
Acaso me va a llevar con
usted? Soy joven todavía, y para colmo de males todos me odian y desprecian, me
llaman rara.
El demonio sonrió mostrando
sus afilados colmillos blancos, saco de su bolsillo un peine y comenzó a
peinarse su cabellera rojiza, cuando termino la miro y le dijo.
-No
- Eres una chica de
nuestro bando, eres partidaria de los demonios, no es nada malo; también somos
ángeles, filósofos, poetas, pedagogos, filántropos y muchas cosas más. Estaba paseando
al azar, cuando vi que estabas en problemas y se también lo que te paso en la
escuela, en realidad vengo a ayudarte.
La joven, ya menos
asustada le dijo;
- Le agradezco, ya la gente me tacha de loca, incluso me dicen monstruo sin sentimientos
- Le agradezco, ya la gente me tacha de loca, incluso me dicen monstruo sin sentimientos
- Lo sé -dijo muy serio el
demonio- sabes que pasa?
- la mayoría de los
humanos no comprende lo que no es común, lo tachan de extraño, raro o
diabólico; a nosotros nos detestan y nos pintan como ángeles demoníacos. Mas no
los somos; sólo somos ángeles que preferimos la hermosura de la noche y el baño
tibio de la luna. No te preocupes mi joven y bella amiga, tú eres alguien muy
distinto a los demás, no tratas de seguir sus ridículas modas ni aparentar lo
que no eres para no ser despreciado y eso te hace superior, al adquirir las
cualidades de los demás también adquieres sus defectos y debilidades, perderías
tu personalidad, esencia, tu creatividad y todo lo tuyo; serías uno más y jamás
traspasarías la barrera de lo habitual. La gente se atemoriza de ti por tus
ideas no ordinarias, por eso te llaman “rara”, porque estas encima de ellos.
La joven encendió un
cigarrillo, en sus ojos comenzó a asomar
una pequeña lágrima; estaba asombrada de escuchar hablar a un demonio de esa
manera tan consoladora.
- Tienes razón, soy alguien distinta, una incomprendida por lo terrenal, soy una joven de la muerte, un ángel con esencia de demonio y cuerpo de mujer , hija de Dios y ahijada del diablo, sobrina de la humanidad.
- Tienes razón, soy alguien distinta, una incomprendida por lo terrenal, soy una joven de la muerte, un ángel con esencia de demonio y cuerpo de mujer , hija de Dios y ahijada del diablo, sobrina de la humanidad.
La joven abrazó al demonio
y comenzó a llorar. El ángel demoníaco lloró con ella, El demonio dejó gruesas manchas rojas en la
camisa de la joven pues las lágrimas de los demonios son de sangre. El ángel
nocturno le pregunto a la joven:
Cual es tu nombre?
Me llamo Sarai
Muy bien Sarai, le dijo el ángel oscuro y luego buscó el
cuello de la
Joven y lo mordió. La joven
Sarai comenzó a ver nublado, a tener visiones, sus delirios iban mas alla de la
comprensión, su mente vago por mundos desconocidos, luego su debilidad la hizo
caer en un sueño muy profundo…
La luz del mediodía le
golpeaba directo a la cara, se levantó algo débil. El demonio había
desaparecido, su habitación lucía muy reconfortante a excepción de la molesta
luz del sol que le quemaba los ojos. Observó su cuarto y vio que el televisor estaba encendido, el
noticiero mostraba imágenes de una terrible tragedia que había ocurrido en su
colegio: la directora y cuatro alumnas más habían sido encontradas desangradas,
aunque no recordaba haberlo hecho ella. Pero sonrió de todas formas.
BY DARK WOLF